Es parte de la letra de una antigua canción, a propósito de las tristes noticias, acerca de personas de avanzada edad, tanto mujeres como varones que mueren en la más completa soledad y abandono. Esto nos lleva a meditar en el hecho de que aquellas culturas y sociedades que no se preocupan por sus ancianos, son culturas y sociedades decadentes que están sembrando semillas de destrucción.
La Biblia, en muchos pasajes exhorta al cuidado y preocupación por los ancianos, el Profeta Joel dice (Joel 2:28ss) "vuestros ancianos soñaran sueños y vuestros jóvenes verán visiones" al referirse a la acción del Espíritu de Dios. Es el propósito divino que ambas generaciones se unan en la construcción de una nueva sociedad más justa y fraterna. Cuando las generaciones se rompen, o escasea la preocupación por los más ancianos, es la sociedad en su conjunto la que se resiente.
Es oportuno preguntarnos acerca del abandono. ¿Es sólo el abandono de parte de los hijos? ¿Solamente debemos pensar esto como una acción individual? ¿No se trata de un problema social y comunitario? Es importante que la sociedad en su conjunto tome las medidas para evitar que los ancianos mueran en la soledad y abandono, pero no sòlo eso sino también, que aquellos que no han muerto ni están pasando situaciones que ameritan la publicidad de los medios de comunicación sean igualmente atendidos. Por ejemplo el tema de las pensiones, la atención de salud, los programas de la tercera edad, los programas de apoyo, etc.
Esta situación debe ser atendida en su conjunto, como una preocupación social, en un país que se ha ido caracterizando por el avance tecnológico, por los índices económicos, etc. Pero una mirada a las situaciones de tipo social, nos deja en desventaja. No nos olvidemos de la letra de la canción "viejo, mi querido viejo".
La Biblia, en muchos pasajes exhorta al cuidado y preocupación por los ancianos, el Profeta Joel dice (Joel 2:28ss) "vuestros ancianos soñaran sueños y vuestros jóvenes verán visiones" al referirse a la acción del Espíritu de Dios. Es el propósito divino que ambas generaciones se unan en la construcción de una nueva sociedad más justa y fraterna. Cuando las generaciones se rompen, o escasea la preocupación por los más ancianos, es la sociedad en su conjunto la que se resiente.
Es oportuno preguntarnos acerca del abandono. ¿Es sólo el abandono de parte de los hijos? ¿Solamente debemos pensar esto como una acción individual? ¿No se trata de un problema social y comunitario? Es importante que la sociedad en su conjunto tome las medidas para evitar que los ancianos mueran en la soledad y abandono, pero no sòlo eso sino también, que aquellos que no han muerto ni están pasando situaciones que ameritan la publicidad de los medios de comunicación sean igualmente atendidos. Por ejemplo el tema de las pensiones, la atención de salud, los programas de la tercera edad, los programas de apoyo, etc.
Esta situación debe ser atendida en su conjunto, como una preocupación social, en un país que se ha ido caracterizando por el avance tecnológico, por los índices económicos, etc. Pero una mirada a las situaciones de tipo social, nos deja en desventaja. No nos olvidemos de la letra de la canción "viejo, mi querido viejo".